El telégrafo eléctrico conforma otra revolución en las comunicaciones. En 1832, Samuel Finley Morse utilizó por primera vez la electricidad para la transmisión de mensajes codificados. 

Los dos elementos fundamentales en la comunicación telegráfica son el manipulador Morse y el sonador, para enviar y recibir mensajes.

Además, podemos ver en la mesa telegráfica todos los equipos necesarios para operar.

En 1874 se creó el teletipo, que permitió el envío de mensajes a distancia utilizando el código Baudot. En el caso del télex, el mensaje escrito era emitido y recibido por un teleimpresor.

La génesis de la computación está precisamente en estos dispositivos, como la estación telegráfica Morse o el teletipo de banda, que permitían el intercambio de información mediante un sistema de codificación entre equipos procesadores de datos.